Sor Juana Inés de la Cruz fue una de las más grandes escritoras nacidas en el virreinato de Nueva España.
PRIMEROS AÑOS DE SU VIDA
Nació en 1651, en San Miguel Nepantla, una localidad que en la actualidad pertenece al estado de México. Su verdadero nombre era Juana Ramírez de Asbaje. A los tres años de edad, aprendió a leer y a escribir, y a los ocho, ya escribió un poema religioso. Cuando aún era muy joven, marchó a la ciudad de México, y allí estudió latín. En 1665, entró en la corte del virrey de Nueva España, Antonio Sebastián Álvarez de Toledo, marqués de Mancera, concretamente, para estar al servicio de la virreina, Leonor Carreto.
En 1667, ingresó en la orden religiosa de las jerónimas descalzas, y se instaló en el convento de San Jerónimo, en la ciudad de México, en el que permanecería el resto de su vida. Fue en esa época cuando adoptó el nombre religioso de sor Juana Inés de la Cruz, por el que la conocemos.
LA GRAN ESCRITORA
En 1680, escribió un libro de poemas; se llamaba Neptuno Alegórico, y en sus páginas había magníficos versos de estilo barroco. A partir de entonces, y durante los siguientes ocho años, iría naciendo la parte más importante de su obra. Uno de sus más grandes poemas, compuesto por 975 versos, se tituló Primero Sueño. Pero también fue autora de obras de teatro, como El Divino Narciso, y de brillantes textos en prosa, como Carta Athenagórica, publicada en 1690.
Durante los últimos años de su vida no se publicó ninguna obra suya. Se piensa que las autoridades pudieron prohibirlo por razones religiosas. Pero ella siguió escribiendo, y a esa etapa pertenece su libro de poemas La Casa del Placer, que se publicaría muchos años después de su muerte.
También reunió una extraordinaria biblioteca (formada por ¡más de 4.000 libros!). Porque, además de una gran escritora, fue una persona muy interesada por el saber, y aprendió por sí misma teología, astronomía, pintura, lenguas, filosofía y música.
Sor Juana Inés de la Cruz murió el 17 de abril de 1695, a consecuencia de una epidemia de peste, mientras cuidaba a sus hermanas de orden religiosa.
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